Capítulo 103
Ernesto terminó de hacer los trámites en el hospital y regresó a la habitación contarle a Maurino que Lucrecia había visitado el hospital.
para
“La señorita Salazar estuvo aquí, todavía se está culpando por lo de la señorita Violeta.”
Maurino estaba sentado en la cama del hospital, con una enfermera a su lado que le administraba la inyección lentamente. Estos últimos días, entre el incidente con Violeta y la presión del trabajo, no había descansado bien. Sus cabellos despeinados caían sobre su frente, ocultando sus ojos oscuros y profundos que ahora parecían menos severos que de costumbre.
Cuando ella tenía doce años, Maurino tuvo que investigar un asunto sobre su pasado y dejó a Violeta sola en casa. Regresó varios días más tarde de lo previsto..
Cuando se enteró de que la niña se había perdido, se preocupó mucho. Ella siempre había tenido un pésimo sentido de la orientación, se perdía apenas salía de casa.
Al encontrarla, la vio peleando por comida con un perro callejero, buscando algo que comer en los botes de basura. Había perdido uno de sus zapatos y tenía los pies heridos y sangrantes. Desde ese día, Maurino nunca más la dejó sola en casa. A medida que creció, le enseñó a anotar rutas y recordar cada lugar para no perderse de nuevo.
Pero, Maurino la había perdido de nuevo.
La enfermera salió de la habitación y el hombre, con los ojos cerrados, habló con voz grave, “¿La encontraron?”
Ernesto, al lado de la cama y con los labios apretados, parecía tener algo que decir pero se detuvo, “Todavía no, pero estamos cerca. Alguien vio a la señorita Violeta cerca de la Residencia Mar Azul. La policía está siguiendo esa pista. En unos tres días, deberíamos tener noticias de ella. Señor Paz, debería cuidar de su salud, no vaya a ser que cuando la señorita Violeta regrese, se preocupe al verlo así.”
¿Preocupada? Si realmente le preocupara, no se habría ido sin buscarlo.
Prefirió vivir en la calle antes que volver a casa.
“El asunto de la señorita Violeta no se le puede ocultar a la señora Noa por mucho tiempo. ¿Qué planea hacer, señor Paz?”
Maurino respondió con simpleza, “La familia Paz no tiene espacio, pero tendrá que
hacerlo.”
Esa fue la respuesta de Maurino.
En la antigua casa de la familia Paz.
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14:55
Noe regaba las flores en el patio trasero, flores que lucían radiantes y eran nuevas variedades desarrolladas con esmero. Algunas eran tan valiosas que no tenían precio en el mercado. El mayordomo le informó, “La encontramos, pero se escapó otra vez. La policia está buscando en las montañas, parece que en un par de días la tendremos.”
Escuchando las palabras, Noa se burló con una sonrisa, “¿Será que tiene miedo o simplemente está jugando al gato y al ratón? Quiere hacer creer a Maurino que Lucrecia no la acepta y por eso armó todo
