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Y justo antes de llegar al salón, Geoffrey apareció y caminó a su lado. Ella estaba algo sorprendida pero rápidamente ocultó sus ojos llorosos.
-Joven Señora, gracias por dar a luz al Joven Maestro Dax. Muchas gracias -dijo Geoffrey en un tono suave pero agradecido.
Geoffrey sabía lo que había pasado en el pasado, cómo la Familia Sinclair había maltratado a Bella. Saber que todavía estaba dando a luz al sucesor de Sinclair lo conmovió profundamente. Ella era fuerte, manejando su embarazo, dando a luz y criando a su hijo sola.
Bella permaneció en silencio, luchando por contener sus lágrimas de alegría mientras veía a su hijo encontrarse con Tristan. Pero ver la expresión llorosa de Geoffrey solo sirvió para entristecerla aún más.
Ella le sonrió gentilmente antes de desviar su mirada, una vez más luchando contra sus lágrimas. Pensando que había logrado esconder sus emociones, se sorprendió al oír la voz de Tristan cerca de su oído.
-Bella, ¿por qué estás llorando? -preguntó él, su
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rostro lleno de preocupación mientras inclinaba la cabeza para mirarla.
Las preocupaciones de Dax eran similares a las de Tristan. Inmediatamente, se acercó a Bella y tomó su
mano.
-¿Mami? ¿Estás bien? ¿Este tío te hizo llorar? -la voz preocupada de Dax sonaba helada, como su fría mirada hacia Geoffrey.
¿Eh!? ¿Por qué pensaba eso? Bella estaba sorprendida. Abrió su boca para explicar. Sin embargo, Tristan intervino.
Al ver que Bella se secaba las lágrimas, Tristan lanzó una mirada fulminante a Geoffrey. Preguntó:
-¿Por qué la haces llorar, Geoffrey? -Geoffrey jadeó sorprendido y negó con la cabeza para desmentir la acusación de Tristan.
¡Cielos! ¿Cómo pueden el Maestro Tristan y el Joven Maestro Dax no ver que también estoy llorando ahora? Se sintió impotente.
-M-Maestro, J-Joven Maestro… Por supuesto que no. ¿Cómo me atrevería a hacer eso? -explicó Geoffrey enresuradamente.
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Cuando Geoffrey notó que Tristan y Dax no le creían,
continuó:
-En serio, maestro, por favor créanme… Joven Señora, por favor… Por favor explique… -se volvió hacia Bella, buscando su ayuda.
Con tres pares de ojos puestos en ella, Bella les sonrió.
-Tristan, has malinterpretado la situación.
Simplemente estábamos intercambiando palabras cariñosas -dijo ella, atrayendo a Dax hacia un abrazo antes de volver a fijar su mirada en Geoffrey.
-¿Podrías traernos algo dulce para comer? Mi nivel de azúcar en sangre está bajando de nuevo… -Bella intentó desviar la situación incómoda.
-Señora, ¿padece de anemia? -preguntó Geoffrey en pánico.
Bella solo pudo responder con un ligero asentimiento, sintiéndose culpable por mentirle.
¡Dios!
Geoffrey asintió apresuradamente antes de excusarse para buscar pastel y chocolates en la cocina.
Gracias -Bella le sonrió a él aunque su sonrisa
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parecía forzada.
Ahora los tres estaban sentados en el salón. Bella se sentó al lado de Dax mientras que Tristan se sentó frente a ellos. Sus ojos nunca dejaban a Dax.
Tristan quería hablarle de muchas cosas, pero Dax lo ignoró y solo miró a Bella.
-Mamá -Dax acercó su cabeza a ella-, ¿es verdad que tienes la sangre baja? ¿Por qué siento preocupación por ti?
Bella se sintió atónita al notar la preocupación en sus ojos. Se reprendió a sí misma en silencio por haber mentido estando Dax presente.
Le sonrió a él, acariciando suavemente sus mejillas regordetas con ambas manos antes de susurrarle en respuesta -No. Estoy bien. Solamente lo pedí porque ti te gusta el pastel, ¿verdad?
Los ojos de Dax se iluminaron al escuchar sobre la comida. Asintió apresuradamente -Gracias, Mami – dijo sonriendo.
Está bien, cariño. También tengo ganas de comer algo -dijo Bella, y luego miro a Tristan-. Tristan, ¿vas edarte ahí mirándolo solamente? Pueden emnezar
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a hablar…
Bella lucha por contener su risa al ver a Tristan, quien parece asombrado por su hijo. Lo mira a Dax sin decir una palabra como si estuviera mirando a su ídolo.
Tristan sale de sus propios pensamientos. Nunca se había sentido tan nervioso, ni siquiera al encontrarse con los empresarios más importantes del mundo o el presidente de su país.
Sin embargo, al encontrarse con el simpático e inteligente Daxton, Tristan siente como si su mente le hubiera traicionado, como si un vacío invisible hubiera absorbido sus pensamientos. A pesar de esto,
encuentra esta sensación extranjera bastante divertida.
Cuando Tristan se da cuenta de que Bella le sonríe, se siente aún más desconcertado. Su corazón comenzó a latir más rápido y más fuerte como si tambores de guerra resonaran en su interior.
Con estas dos personas tan preciadas en su vida ahora sentadas en su casa, siente que ya lo ha logrado todo.
Le devolvió la sonrisa antes de fijar su mirada en Dax Hola, Dax.
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-¿Podemos hablar a solas? -Dax interrumpe antes de que Tristan pueda terminar su frase.
-Claro-responde Tristan sintiéndose emocionado. Sin embargo, la petición de Dax hace que Bella frunza ligeramente el ceño. Ella inclina la cabeza para mirar a
Dax.
-Cariño, ¿no puedes hablar aquí? ¿Por qué quieres hablár a solas? -Ella estrechó la mirada, mirando en sus ojos, intentando saber qué estaba pensando-. No digas… ¿estás tratando de hacer un trato con tu padre? Bella conocía mejor a su hijo, lo suficientemente inteligente como para ir tras lo que quería. Temía que pudiera pedir algo que ella no había permitido, como una sala de juegos, uno de los regalos de cumpleaños que quería para su cuarto cumpleaños el pasado noviembre.
Sin embargo, en ese momento, solo le regaló un portátil.
Ahora, le preocupaba que Dax pudiera pedirle eso mismo a Tristan. ¿O tal vez planea negociar algo más?
-Mami, lo siento… -La expresión de Dax es seria
र
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mientras mira a Bella. No hay rastro del típico niño de
cuatro años-. Esta es una conversación de hombres. Lo siento, Mami… solo tendrás que esperar aquí un
momento.
Bella permanece en silencio, queriendo expresar sus pensamientos pero reteniéndose al ver su seriedad. Solo le sonríe a él mientras le alborota el pelo.
-Está bien, está bien. Solo no me hagas esperar mucho, cariño…
Tristan sonríe para sus adentros ante la interacción entre Bella y Dax. No es de extrañar que Bella diga que su hijo es diferente. En efecto, este joven es único, se parece a él, pero en versión miniatura. De alguna manera, eso le hace sentir orgulloso.
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Capitulo.90
Horrible
