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-Bella, ¿puedo entrar? -se escuchó la voz de Leo detrás de la puerta.
-Claro.
Leo parece preocupado al entrar a la habitación, deteniéndose frente a su desordenado escritorio lleno de papeles y notas.
-No te esfuerces demasiado. Ya casi son las 2 PM… Deberías tomar un descanso, Jefa -dijo él.
-Sí, tienes razón. Ahora me siento hambrienta; ¿qué tal si salimos a comer algo?
-De acuerdo. Pero primero tienes que encontrarte con tu asistente personal. Ya te está esperando afuera. -Hmm -ella dijo y ordenó su escritorio antes de tomar su bolso y seguir a Leo fuera de su oficina.
Bella divisó a un hombre de pie cerca del área de descanso, con una postura robusta que se asemejaba a la de un soldado en activo. Su rostro parecía feroz, pero sus ojos transmitían calma y amabilidad.
Acercándose a él, Leo dijo:
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-Jefa, este es Samuel Brown, un exsoldado de Astington que se retiró hace varios años. En realidad,
él es el jefe de la división de seguridad de nuestra oficina central. Pero Jack lo asignó aquí para
protegerte, y también está asignado como tu asistente personal que te seguirá a donde quiera que vayas…
Bella se quedó sin palabras al escuchar el trasfondo de Samuel.
¿Cómo alguien tan capaz como él ahora se convierte en su asistente personal, llevándola donde quiera que va? ¿Qué estaba pensando Jack? ¿Por qué desperdiciar el talento y la utilidad de Samuel?
Solo podía desahogar su frustración internamente mientras tomaba nota mental de llamar a Jack más
tarde.
Bella sonrió a Samuel, extendiendo su mano para un apretón de manos.
-Hola, señor Brown. Me alegro de que esté de vuelta en este país para ayudarme dijo sinceramente, sintiéndose agradecida de que este hombre capaz se convertiría en su guardaespaldas.
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-Sra. Donovan, sí, le estoy agradecido al señor Foster
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por asignarme aquí para asistirla, señora -dijo Samuel Brown cortésmente, aceptando su apretón de manos -. Señora, puede llamarme casualmente, Sam.
-Jajaja, de acuerdo… Te llamaré Sam -Bella le hizo un gesto para que se sentara mientras discutían sobre su rol en la asistencia de sus necesidades personales.
Ella también quería aprender sobre otros talentos de Sam aparte de protegerla, así que charlaron brevemente sobre su asignación.
Después de un rato, ella recordó su alojamiento.
-¿La compañía te proporcionó un lugar para quedarte? -Bella preguntó. No le importaría ofrecerle un lugar; todavía tenía su antiguo apartamento, y él podía quedarse allí si quería.
-No se preocupe, señora. Vivo en este edificio explicó Sam-. Hay un apartamento tipo estudio en la
azotea.
-Muy bien -Bella se sintió aliviada. Tras discutir algunas cosas más con él, despidió a Sam y le dijo que empezara a trabajar el lunes.
Más tarde, ella y Leo salieron del edificio. No
conduieron un coche sino que caminaron.
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-¿Adónde vamos? -preguntó Leo mientras caminaban en silencio durante unos minutos. -Mejor llevamos un coche, Bella… -sugirió Leo.
-No hace falta. El restaurante de ese edificio -señaló hacia el edificio a unos metros de distancia-. Ahí hay un restaurante de sushi. Solía ir cuando todavía estaba en la universidad.
Cuando llegaron al restaurante, el personal vino a darles la bienvenida.
-Bienvenidos a Sushi Tei. ¿Para dos personas? – preguntó amablemente el camarero.
-Sí, para dos. Disculpe, ¿es posible reservar la habitación VIP? -preguntó educadamente Bella, notando la sala abarrotada y ruidosa. Ella prefería una experiencia culinaria más tranquila.
-Hay una habitación VIP vacía. Si no le importa, por favor espere unos minutos para que podamos limpiarla… -explicó el camarero.
Bella le sonrió.
-Sí, esperaré. Gracias…
-Señora, puede esperar en el área de espera allá.
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Los llevó al área de espera antes de irse para informar a sus colegas que limpiaran la habitación VIP.
Justo antes de que Bella y Leo se sentaran, una mujer de mediana edad con el cabello corto y canoso, luciendo glamorosa con maquillaje espeso y labios rojos audaces, entró en el restaurante.
A su lado, había una mujer alta y delgada con un elegante abrigo largo gris de marca famosa. Usaba unas grandes gafas negras que casi cubrían parte de su cara, pareciendo como si una madre e hija caminaran de la mano.
El camarero que había dado la bienvenida a Bella se apresuró a la entrada y las saludó.
Al principio, Bella no prestó mucha atención a las dos hermosas mujeres mientras continuaba charlando con Leo. Sin embargo, cuando la mujer mayor habló, Bella sintió escalofríos al reconocer su voz.
Bella miró hacia ellas, tardando unos segundos en reconocer a la mujer. No salían palabras de su boca; estaba impactada y sin habla al mirar a la mujer mayor.
-¿P-Por qué está ella aquí? -Bella jadeó,
reconociendo a Jessica Sinclair, su exsuegra. Desvió la
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mirada, intentando ocultar su rostro para que no la reconociera.
Jessica
Evitaba a Jessica no porque le tuviera miedo sino porque no estaba de humor para dramas con ella.
Sintiendo la tensión en la expresión de Bella, Leo se inclinó hacia ella.
-¿Por qué te ves tensa? ¿Las reconoces? -preguntó, mirando a las dos mujeres que estaban no muy lejos de
ellos.
Bella negó con la cabeza, sacando su teléfono móvil para distraer su mente, sin querer prestar atención a Jessica Sinclair.
-Lo siento, señora. Nuestra habitación VIP está llena. Solo tenemos dos mesas en el salón… -respondió cortésmente el camarero a Jessica Sinclair.
-¿Sabe con quién estoy? No podemos comer en el salón. Por favor, vuelva a revisar su habitación VIP. O, pídale a su gerente que venga aquí a hablar conmigo…
insistió Jessica.
El camarero se sorprendió ligeramente al escuchar
um
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eso. Echó un vistazo a la mujer alta y delgada con enormes gafas de sol que casi le cubrían la cara. No podía reconocerla. ¿Era una figura pública?
-¿Q-Quién? -preguntó el camarero.
La mujer alta y delgada sonrió mientras se quitaba brevemente las gafas y se las volvía a poner.
El camarero inhaló sorprendido al reconocerla.
-L-Laura Kiels…
-su voz se desvaneció cuando vio a Laura poner su dedo índice en sus labios, indicándole que no revelara su presencia allí.
-Ahora ya la conoce, ¿verdad? -Jessica sonrió al camarero. -Bien, usted vaya… Llame a su gerente o verifique la habitación VIP vacía. Creo que todavía tienen una habitación VIP vacía… -Dijo suavemente, pero su mirada parecía una orden.
El camarero se sintió confundido porque no tenían una habitación VIP vacía. Solo había una disponible, pero ya estaba ocupada y el cliente esperaba a que la limpiaran. Miró a Bella y Leo con preocupación.
¿Cederían su habitación VIP si supieran que Laura Kiels quisiera usarla? -reflexionó.
