56 ¡Quitándole a Dax!
-Puedes compartirlo conmigo. Tal vez alivie tu preocupación -dijo Noora sinceramente.”
-Tristan pidió vernos…
Noora se sorprendió al escuchar eso. -Dios mío… Él… Él… ¿ya sabe que has vuelto? ¿Quién… quién le dijo? ¿El Viejo Maestro Sinclair?
-Mmm, supongo que sí. Tristan también parece estar al tanto de Dax -Bella suspiró suavemente. Aunque estaba decepcionada de Viejo Sinclair, entendió que no podía culparlo completamente. El anciano debió haber estado ansioso por compartir esta información con su
nieto.
-Lo sabía… Debió haber sido el Viejo Maestro Sinclair quien le dijo- Noora bajó los hombros, sintiéndose preocupada.
Bella no dijo nada. Simplemente sonrió débilmente.
-O, su mayordomo, ¿Alan? Noora comenzó a adivinar.
Bella negó con la cabeza.
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-Bueno, Alan no se atrevería a hacer eso. Acertaste; solo el abuelo Sinclair podría decirle a Tristan acerca
de Dax y de mí.
Bella suspiró profundamente antes de continuar, —Tía, aunque Viejo Sinclair le haya dicho a Tristan, no puedo culparlo…
Noora asintió en señal de acuerdo. -No puedes evitar al Maestro Tristan para siempre, señorita.
Bella entrecerró los ojos hacia Noora por un breve momento antes de decir, -Tsk… Tsk… Tía, cada día te pareces más a mi abuelo. ¿Cómo puedes decir lo mismo que él?
-Hahaha… ¿yo dije eso?
-Sí. El abuelo también dijo que no puedo evitar a Tristan para siempre. Y también urgió a que lo vea y le cuente sobre Dax -dijo Bella mientras se esforzaba por contener la risa observando a Noora. Le hacía gracia cuánto se parecía a su abuelo, lo cual la divertía.
Ambas rieron, haciendo que la atmósfera de la habitación se tornara un poco más cálida y menos sombría.
jotan dañorita
warna Tricton?
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preguntó Noora.
-Sí. Debería verlo. Si demoro el encontrarme con él, podría venir aquí y ver a Dax sin mi consentimiento, incluso a mis espaldas -dijo Bella con calma, pero Noora podía ver la preocupación en sus ojos.
-Eso es bueno, señorita. Pero, joven señorita… parece que todavía algo te molesta -preguntó Noora con curiosidad.
Los ojos de Bella parpadearon un par de veces sin decir nada, lo que causó incluso más preocupación a
Noora.
Después de una larga pausa, Bella finalmente dijo:
-¿Y si Tristan me quita a Dax? Esto me ha estado preocupando últimamente.
El rostro de Noora se puso pálido al escuchar las palabras de Bella. Nunca se imaginó que llegaría a eso,-
y
ahora se sentía atemorizada al darse cuenta de la posibilidad.
-Joven señorita, ¿Tristan tiene la oportunidad de hacer eso? Digo, ya estás divorciada de él. También diste a luz sola sin su ayuda. Y el nombre de Dax
usa su apellido… l aún nodría quitarle al
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joven maestro? -preguntó Noora, con su mente llena de tantas preguntas. Miraba fijamente a Bella,
esperando su respuesta.
Bella verdaderamente esperaba que Tristan no tuviera la oportunidad de hacer eso. Pero
desafortunadamente, no era el caso. Aunque estaban divorciados, Tristan aún tenía el derecho legal de hacerlo.
Además, ella también había cometido la misma ofensa al no informarle intencionalmente cuando estaba embarazada. Si Tristan llevaba este asunto a la corte, seguramente perdería.
—Sí, él puede… -respondió Bella. Esta preocupación la había estado consumiendo últimamente, y temía lo que pasaría si Tristan le dificultaba la vida y le quitara a
Dax.
-Joven señorita… por favor… por favor haz algo. No dejes que te quite a Dax. Si lo hace, me confrontaré con él. ¡No dudaré en tomar medidas drásticas, como matarlo con mis propias manos! -Los ojos de Noora temblaban ligeramente, demasiado enojada para imaginar la posibilidad de que Tristan le quitara a Dax.
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Bella se quedó sin palabras. Le divertía escuchar cuán salvaje era la imaginación de Noora. ¿Cómo podía considerar asesinar a Tristan? ¡Dios!
-Tía, no tienes que convertirte en una asesina… Bella no pudo evitar reír-. Ese tonto de Tristan no merece que ensucies tus manos por
-Noora…
él.
-Lo digo en serio, joven señorita… Haré cualquier cosa para detenerlo -dijo ella.
-Ay, querida tía, yo también lo digo en serio. No hay necesidad de recurrir a acciones tan extremas – Bella se rió entre dientes.
-Pero… pero… ¿y si realmente se lleva al joven maestro? -Noora sollozó, reteniendo las lágrimas mientras miraba a Bella.
-Por eso necesito verlo y descubrir qué es lo que realmente quiere. Si trata de llevarse a Dax, nunca lo permitiré -dijo Bella con calma, sus ojos brillaron con intensa emoción. Se negaba a quedarse de brazos
cruzados y dejar que pasara.
-Sí, señorita… por favor asegúrate de que Tristan
in Dat
Do nocntroal
56 ¡Quitándole a Dax!
-Hmm… Pero, tía… No estoy tan preocupada por
Tristan. Sin embargo, me preocupan sus padres -dijo
Bella.co
-Ah, tienes razón. ¿Cómo pude olvidarme de tus malvados suegros? -Noora no pudo evitar maldecir a los padres de Tristan.
Ellos fueron la fuente de la miserable vida de Bella. Los padres de Tristan podían hacer cualquier cosa para lograr lo que querían. Si se enteraban de Dax, harían la vida de Bella miserable una vez más.
-Hmm, ellos son realmente malvados -dijo ella.
El silencio colgó en el aire como si estuviesen perdidas en sus pensamientos, sentadas juntas mientras miraban hacia la ventana.
-Entonces, ¿cuándo lo vas a ver? -La voz de Noora pareció sacar a Bella de sus propios pensamientos.
–Esta noche -miró a Noora por un momento antes de responder-. Esta noche.
****
Torre Sinclair.
e sentó en la sala de reuniones escuchando
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un informe del Director Financiero.
Aunque sus ojos estaban fijos en la pantalla frente a él, su mente estaba distraída por su teléfono móvil sobre
la mesa.
De vez en cuando echaba un vistazo a su teléfono móvil para asegurarse de que había señal y la batería estaba llena.
Habían pasado más de tres horas y Bella no le había enviado un mensaje como prometió.
Tristan empezaba a ponerse nervioso, sospechando que Bella en realidad no quería contactarlo. Tal vez solo quería terminar la conversación, usando dicha
excusa.
«¿Debo enviarle un mensaje para recordarle?», pensó. Había querido enviarle un mensaje varias veces, pero su mente lo detuvo cada vez. No quería que Bella se enojara y bloqueara su número.
Tristan soltó un profundo suspiro, sintiéndose impaciente.
-¡Maldición! -Un suave insulto escapó de sus labios, atrayendo de repente la atención de diez pares de
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ojos.
