253 Finalmente, conoce a Stefan
Bella se sorprendió al saber que Amanda estaba preocupada por ella y por el bienestar de su empresa. Esta mujer no la había conocido en persona, pero ya estaba preocupada por ella. Siente su corazón
ligeramente cálido.
Sin embargo, el calor en el corazón de Bella
desapareció al instante cuando recordó quién era Amanda. Su corazón se apretó y sintió aún más presión por encontrarse con Amanda Spencer para explicarle
su relación con Sean.
–
-Gracias, hermana Amanda, por tu preocupación dijo Bella, insegura de cuánto Sean le había revelado a Amanda sobre su relación. Estaba ansiosa por
encontrarse con Amanda y escuchar su versión de las
cosas antes de expresar sus pensamientos y
sentimientos.
Hubo un silencio de unos segundos antes de que Amanda dijera:
-Bella, por favor dime si necesitas mi ayuda.
Una vez más, el tono sincero de Amanda hizo que Bella
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sintiera un sentimiento de culpa en su corazón. Sentía que Amanda parecía quererla. ¿Qué pensaría
exactamente sobre ella? ¿Sabía Amanda que era madre?
Otro suspiro silencioso escapó de los labios de Bella antes de responder a Amanda.
-Gracias, hermana, pero mi equipo ha podido manejar todo hasta ahora… -Bella desestimó de inmediato la
oferta de Amanda. Necesita trazar una línea entre
ellas.
Continuó sus palabras apresuradamente para cambiar la dirección de la conversación. -Hermana Amanda,
sobre nuestra reunión. Podría ser posible encontrarme contigo mañana. ¿Te parece bien?
-¡Wow, en serio?
-Sí, hermana… -Bella sonrió levemente al escuchar la
risa feliz de Amanda al otro lado.
-Suena genial, Bella. No puedo esperar a conocerte. Por favor, házmelo saber el lugar. Puedes elegir cualquier lugar que te guste. Me aseguraré de reservar mi tiempo y venir a nuestra reunión… -Amanda no pudo ocultar su felicidad. Finalmente, Bella aceptó
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conocerla.
-Está bien, hermana. Me pondré en contacto contigo mañana…
-Claro, querida. Esperaré tu llamada… -respondió Amanda Spencer con entusiasmo.
Después de charlar amablemente sobre los restaurantes recientemente populares y demás, Bella finalmente terminó la llamada telefónica.
Sin embargo, no volvió a su escritorio inmediatamente; se quedó allí parada con la mente pensando en Sean Spencer. Pasaron semanas y Sean no respondió ninguno de los mensajes cortos que ella envió, haciéndola sentir aún más inquieta.
-¿Dónde estás, Sean? ¡Espero que estés bien allí y regreses pronto a nuestro país! Necesitamos hablar… -susurró Bella con amargura.
Después de otros pocos minutos…
Bella respiró hondo antes de sumergirse de nuevo en el montón de documentos que necesitaba leer.
Estaba tan absorta en su trabajo que no escuchó la puerta cuando alguien llamó.
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Poco después,
Una voz familiar resonó en la habitación.
-Hermana Bella, después de volar durante decenas de horas para conocerte, pero… ¡me ignoras por completo!? Eres tan cruel, hermana… -dijo.
Bella de repente levantó la vista para ver a un joven parado frente a ella. Era Stefan. Su apariencia no había cambiado mucho desde la última vez que lo vio. Su rostro seguía pálido y su mirada profunda.
Vestia su atuendo habitual: una sudadera grande y jeans. A pesar de estar en sus veintitantos, parecía muy joven. Unas grandes gafas negras y rectangulares reposaban sobre su afilada nariz.
La sonrisa de Bella se ensanchó al levantarse de su
asiento.
-Finalmente has llegado, hermanito… -Bella recibió a Stefan con un cálido abrazo-. ¿Por qué estás más alto que yo ahora? -dijo mientras soltaba su abrazo y miraba a Stefan de arriba abajo.
-Oh por favor, hermana… Ya era más alto que tú cuando nos encontramos antes. No distorsiones los
boohoo
Stofan la conriá- Hormona ontau
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muriéndome de hambre ahora; la comida en el avión estaba tan mala que no pude comerla en absoluto – suspiró profundamente mientras se frotaba el vientre plano.
¿No tomaste un vuelo de primera clase?
-Sí, así fue…
-La comida suele ser deliciosa. Incluso puedes solicitar el tipo de comida que quieres, y la aerolínea suele tener un chef a bordo… -dijo Bella, ligeramente alzando una ceja-. ¿Realmente volaste en primera
clase o en clase ejecutiva?
-No estoy seguro -Stefan ríe mientras se rasca la cabeza-. Hermano Leo, ¿yo…? -echa un vistazo a Leo detrás de él.
-Primera clase… -respondió Leo.
-Jajaja… Olvidé pedirles que me cambiaran la comida. Entonces, decidí dormir y jugar un juego durante el
vuelo.
-¡Tú! -Bella le da un golpecito en el hombro.
Stefan no esquivó el puño suave y diminuto de Bella. En su lugar, se acercó más a ella y le susurró:
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-Hermana, ¿sabes qué? Le pedí a tu secretario que se detuviera a comprar algo de comida antes de venir a este lugar, pero él no me dejó… —dijo en un tono miserable, pero Bella, al escucharlo, se sintió divertida.
¡Dios! ¡Este niño!! Solo nos hemos encontrado unos
minutos y ya se está quejando de la comida. ¿Desde
cuándo se convirtió en un amante de la comida como
yo? ¿Jack lo ha consentido tanto en Nueva York?‘ Bella rió para sus adentros.
Pero no puede culparlo tampoco; casi es hora de
almorzar.
-Está bien, vamos a comer. Ya le pedí a alguien que preparara nuestro almuerzo -Bella miró a Leo, que todavía estaba apoyado en el marco de la puerta-. Leo, ¿está listo el almuerzo arriba?
Pero Leo parecía no escucharla. Estaba sumido en sus
pensamientos, preocupado por quedarse en la misma casa que Stefan.
Esta es la primera vez que se encuentran en persona; todo este tiempo, Leo nunca se cruzó con Stefan cuando aún trabajaba para Jack en Nueva York. Lo había visto, pero en ese momento, sabía que su
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nombre era Gael, de la familia de Jack.
Recientemente, Leo aprendió de Bella que el verdadero nombre de Gael era Stefan y que en realidad era su hacker.
Después de solo unos minutos de hablar con Stefan en el automóvil, la primera impresión de Leo fue que este joven hablaba demasiado y se quejaba mucho. No esperaba que su hacker principal fuera un hombre que amaba charlar y tenía una lengua afilada.
Y, justo ahora, ante sus ojos…
Este joven también se quejó a Bella porque se negó a detenerse en la tienda de conveniencia. No era porque no quisiera, sino porque el equipo de seguridad les había advertido que se dirigieran directamente a Quantum Capital.
Pensando que compartirán casa en los próximos meses, Leo siente un dolor de cabeza instantáneo; puede imaginarse su vida tranquila empezando a huir de él. Silenciosamente toma un profundo suspiro y deja a un lado sus preocupaciones.
-¿Leo? ¿Me escuchaste?
